sábado, 28 de febrero de 2015

369. Un simple detalle y por poco...

Es ella, seguro, aunque la vea de espaldas es ella, ¿quién si no iba a llevar en la pierna izquierda la bota por encima del pantalón, y en la derecha lo contrario? Tiene su andar, su pelo, alta figura y su propia elegancia desaliñada en el vestir. Eso pensaba, y tan segura estaba que me di prisa para alcanzar a mi amiga. Al llegar al semáforo, en rojo para los peatones, la llamé dándole un golpecito en el brazo.
-¡Carmen!
-¿CÓMOOO?
Ni aquella mujer de rostro enrojecido y colérico era mi amiga, ni yo podía sortear los coches que pasaban a toda velocidad para huir de ella.  
Lo vi todo rojo: el semáforo, su cara y hasta yo misma si me atrevía a cruzar la calle.  Ni siquiera le advertí que llevaba cada pierna vestida de forma diferente.
Giré en redondo, intentando pasar inadvertida, incluso, cambié el destino al que me dirigía. 

12 comentarios:

Francesc Cornadó dijo...

¿Qué tendría en la cabeza Malèvich,cuando pintó su cuadro negro?
Te felicito por el texto.
Francesc Cornadó

Isabel Martínez Barquero dijo...

Me ha gustado el micro, tocaya. Tiene un arranque soberbio, de los que atrapan de inmediato. Quizá, el final me ha resultado un tanto críptico, no he llegado a captarlo del todo; pero debe ser un problema mío.
Un beso bien grande.

Isabel dijo...

Francesc, me alegra tu visita. No sé lo que tendría el pintor, pienso que ganas de innovar con su suprematismo.
Me gusta el rojo y cuando salió esta foto, no sé ni como sucedió, la guardé.
Para mí significa ese rojo-sangre si a la protagonista la hubieran atropellado por esa insignificancia que cuento; y que he arreglado porque no quedaba claro el final como bien dice Isabel abajo.
Agradezco tu felicitación, a pesar de mi error al actualizar el blog sin corregir bien.
Un abrazo

Isabel dijo...

Isabel, gracias a tu comentario he vuelto a leer el texto y tienes mucha razón.
He intentado que sea más claro, no sé si lo he conseguido.
Gracias, tocaya, de verdad, y un fuerte abrazo.

NáN dijo...

Lo leí ya corregido, así que lo he disfrutado sin más problema que el temor de que, realmente, se tratara de Carmen. Entonces resultaría todo más siniestro.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Ahora sí que lo veo más claro, Isabel. Es realmente estremecedor el micro. Como tú misma indicas, por una insignificancia estúpida, nos podemos jugar la vida.
Un beso enorme y me alegro de que no te haya molestado esa apreciación que te hice (bien sabes que lo hago desde el cariño).

Isabel dijo...

Pues tienes toda la razón, NáN, y podía ser una variación de este, no sé si micro, eso da más que pensar aún.
Te agradezco la sugerencia, ya sabes que siempre aprendo de ti.
Un abrazo.

Isabel dijo...

¡Cómo me va a molestar, tocaya!
En el anterior post lo volví a decir, que agradezco todas las críticas constructivas, y más de ti con lo bien que narras.
Mi abuela decía que "las palabras vuelan y lo escrito queda", y si se trata de contar hay que dejar que reposar, que es lo que yo no hice con las prisas. No me quedé contenta al subirlo y al leer tu comentario lo corroboré y agradecí.
Va también mi cariño de vuelta para ti.

Darío dijo...

Hacerse el tonto y perderse...

giovanni dijo...

Divertido y muy 'realista' esde cambiar del destino al final. Me gustó!
Un beso

Isabel dijo...

Darío, a veces el temor hace esas cosas.

Isabel dijo...

giovanni, no sé si divertido, pero sí que solemos confundir a las personas y más si es de espalda, jejeje.
Otro beso de vuelta.